jueves , 3 octubre 2024

Autoridades ceden ante protesta de transportistas en Santiago de Cuba

Los choferes están regresando a trabajar, aunque desconfiados, pues la decisión de echar atrás el tope de precios es transitoria.

Tomás Cardoso | Transportistas privados en Santiago de Cuba se incorporaban con recelo al trabajo este miércoles luego de que el gobierno local diera marcha atrás al tope de precios de las tarifas que motivó una prolongada protesta y la paralización del servicio.

Los privados están regresando lentamente a trabajar, ya que la decisión del gobierno de echar atrás los precios establecidos es transitoria, dijo a Radio Televisión Martí Carlos Amel Oliva, líder juvenil de la opositora Unión Patriótica de Cuba.

«Se están incorporando gradualmente (…). No hay confianza por parte de ellos en las autoridades estatales», señaló.

Oliva dijo que en la provincia oriental impera la incertidumbre sobre como concluirá esta situación. «Lo que ha habido es una especie de reacomodo, donde los transportistas están viendo como no se mueren de hambre y el Estado ha optado por no actuar a favor de la aplicación de estas medidas. No hay nada definitivo. Vamos a ver qué pasa».

Mientras, en Sancti Spíritus, las autoridades aumentan la presión contra los cuentapropistas del sector para que regresen a sus labores.

El periodista independiente Adriano Castañeda, que ha estado en contacto con los choferes espirituanos, dijo a Radio Televisión Martí que algunos recibieron cartas de advertencia en las que se estipula que a los que dejen de prestar el servicio por más de 72 horas sin causa justificada se les retirará la licencia operativa.

Las medidas podrían recrudecerse hasta llegar a «decomisar los autos», añadió Castañeda citando a un alto cargo del gobierno en la provincia.

Según el comunicador, a pesar de la presión estatal, los privados continúan en su reclamo de que se elimine el tope del precio dictaminado por el gobierno.

Los transportistas, explicó, «van lo menos posible a las piqueras, tratan de dar los viajes por fuera con personal conocido», para presionar a las autoridades, ya que el transporte estatal «no puede suplir verdaderamente las necesidades de la población».