jueves , 22 mayo 2025

Mueren de hambre en Gaza y en Cuba también

En 2024, UNICEF incluyó por primera vez a Cuba en su informe sobre pobreza alimentaria infantil: 9% sufre privación nutricional.

Pittsburgh (Sindical Press) – El reportero del diario Trabajadores que recientemente se hizo eco del drama de miles de personas en la Franja de Gaza abocadas a morir de inanición, olvidó, exprofeso, ampliar el diapasón de la cobertura y brindarle, tan siquiera un breve repaso, a lo que sucede en Cuba en cuanto al tema de la escasez de alimentos que mantiene en vilo la vida de un número considerable de ancianos, niños y enfermos de todas las edades.

Aunque la tragedia en este territorio del Medio Oriente no es algo pasajero en la escala del sufrimiento humano, en la mayor Isla del Caribe Insular también se producen, con un despampanante dinamismo, anécdotas cuyo eje central es el hambre en sus versiones más dramáticas.

Ver a diario madres con sus hijos pequeños hurgando en los enormes basurales que proliferan en diferentes pueblos y ciudades del país en busca de baratijas y productos que ayuden a calmar los gruñidos de sus tripas es parte del paisaje de una crisis sin control y en constante ascenso.

Por desgracia, no son los únicos clientes de esas barricadas de inmundicias. La gente de la tercera edad tampoco pierde tiempo en hacer acto de presencia, sin pensar en la letalidad del mendrugo de pan pestilente que se saborea con gusto después de muchas horas de ayunos o de los posibles efectos nocivos de otras sobras, quizás más tentadoras a los ojos de quienes han quedado en los márgenes de un sistema que no es capaz de asegurar niveles nutricionales básicos a más del 80% de la población

Un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) daba a conocer al cierre del pasado año el aumento en un 74,42% del número de muertes por causas asociadas a la desnutrición entre 2022 y 2023, una cifra que puede quedarse corta frente a próximas evaluaciones, dado el empeoramiento de los factores desencadenantes.

Tanto es así que en 2024 la UNICEF incluyó Cuba por primera vez en su informe “La pobreza alimentaria infantil. Privación nutricional en la primera infancia”.

El texto indicaba que el 9% de los niños cubanos solo tenían acceso a dos de los ocho alimentos indispensables para una vida sana. Una cifra cuestionada por organizaciones como Food Monitor Program (FMP), que investiga el impacto socioeconómico de las políticas en sistemas autoritarios, que consideró muy por debajo de la realidad el dato ofrecido.

La entidad alertó además sobre los graves problemas de subalimentación y fenómenos relacionados a tal problemática como el “hambre oculta”.

La crisis alimentaria agudizada con la Tarea Ordenamiento —la fallida propuesta hacia la eficiencia económica a través de limitadas reformas implementada en el 2021— no parece tener fin. Desde su implementación hasta la fecha se aprecia un incremento exponencial de las dificultades para comer tres veces al día.

Al comentar el artículo sobre las desventuras de los gazatíes, no albergo la intención de menospreciar el cataclismo humanitario que los agobia, en especial el que toca a los niños, en parte causado por el extremismo y la violencia del grupo Hamas, que acrecienta la hostilidad del lado israelí con una serie de respuestas que incluyen el bloqueo de los convoyes con los suministros.

En honor a la objetividad, es preciso subrayar que por estos lares el hambre tampoco se anda con cuentos, mata con la misma determinación que en Gaza.

Solo que no cuenta con una favorable exposición mediática que ponga en perspectiva el drama de miles de víctimas, reales y potenciales, y en paralelo saque a relucir el protagonismo de los altos funcionarios del partido comunista que persisten en llevar a cabo un exterminio psicopáticamente, lento y preciso, con el fomento de absurdas políticas económicas que multiplican la miseria a niveles insoportables.