El exilio de Ferrer transforma su voz en altavoz y su lucha en faro, mientras el régimen exhibe su fragilidad.
(Cuba Sindical) – José Daniel Ferrer García ha sido expulsado de su propio país. No se trata de un viaje voluntario, sino de un destierro impuesto. El régimen cubano, que se jacta de defender los derechos humanos, exhibe su verdadero rostro: el miedo. Miedo a la libertad. Miedo a la palabra. Miedo a José Daniel.
Ferrer no es un activista cualquiera. Es la voz de los silenciados, la resistencia pacífica que desafía un sistema que castiga por pensar distinto. Condenado a 25 años durante la Primavera Negra de 2003, sometido a juicios sumarios y torturas psicológicas, encarcelado una y otra vez, nunca cedió ni calló. Su exilio no borra su lucha: la amplifica.
El régimen comunista prefiere desterrar a sus críticos antes que enfrentarlos dentro de la Isla. El mensaje es claro: la dictadura teme a la dignidad. Prefiere la expulsión a la confrontación. Prefiere silenciar al mensajero antes que cambiar la realidad. Esto no es liderazgo; es cobardía institucionalizada.
El exilio de Ferrer desnuda la hipocresía del poder. Un gobierno que se proclama guardián de los derechos humanos expulsa a quienes los defienden. Se dice fuerte y soberano, pero solo sobrevive alimentado por el miedo. Cada paso que Ferrer da fuera de Cuba es un golpe a esa mentira; cada palabra que pronuncia en libertad, un recordatorio de que la represión nunca podrá silenciar la verdad.
La libertad de Cuba no se negocia con exilios ni con prisiones. Se sostiene con valentía, sacrificio y coraje. Ferrer lleva ahora su causa más allá del mar: su exilio es un altavoz, su lucha un faro. Y el régimen, un espectador temeroso que no puede ocultar su fragilidad.
Que nadie se engañe: la salida de José Daniel no es derrota. Es la prueba de que la libertad es más fuerte que cualquier cárcel, más fuerte que cualquier destierro, más fuerte que cualquier miedo. Mientras exista alguien que hable, que resista, que denuncie, Cuba no está derrotada. José Daniel Ferrer García es la prueba viviente de ello.
El régimen teme al futuro. Y con razón: la verdad siempre encuentra su camino, y la libertad nunca se rinde.
Dios bendiga a Cuba y los cubanos
Cuba Sindical, 20 de octubre de 2025.