jueves , 4 diciembre 2025
Tras el paso del huracán Melissa, trabajadores participaron en las labores de limpieza y recogida de desechos en las zonas afectadas. (Facebook)

Entre medallas y sombras: rituales de un país agotado

Nada de estímulos materiales para quienes cargaron con los avituallamientos, repararon averías eléctricas, restablecieron la telefonía o atendieron sectores esenciales.

La Habana (Sindical Press) – El lote de medallas ya debe estar listo para colgarse al cuello de los trabajadores implicados en el traslado de donativos y la prestación de servicios en el oriente del país, severamente afectado por el huracán Melissa el pasado 29 de octubre.

“Hazaña laboral” es el título del redondel metálico con el que se agasajará a cada uno de los participantes en la gestión solidaria, probablemente acompañado de un apretón de manos, una sonrisa de compromiso y posiblemente un abrazo patriótico. Nada de estímulos materiales para quienes cargaron con los avituallamientos, repararon averías eléctricas, restablecieron la telefonía o atendieron sectores esenciales.

El encargado de anunciar la vigencia de estos estímulos exclusivamente morales fue Yasiel Pieter Terry, miembro del Comité Central del Partido e integrante de la Comisión Organizadora del XXII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Una práctica que remite directamente a Ernesto Che Guevara el guerrillero argentino que formó parte del liderazgo revolucionario decidido a implantar el socialismo en Cuba a la usanza marxista-leninista.

Aquella visión romántica —presa de un idealismo que pretendía moldear un ser humano ética y moralmente superior— terminó alimentando numerosos fracasos: la Batalla de Ideas, la formación de cuadros y la movilización popular. Tres proyectos que evidenciaron la enorme distancia entre los preceptos teóricos de crear una conciencia basada en el sacrificio, la responsabilidad y el compromiso, y la práctica cotidiana marcada por la corrupción, la doble moral como mecanismo de supervivencia y la pérdida de fe en un discurso oficial que lleva décadas vendiendo un futuro luminoso que nunca llega.

Volviendo al tema central, aún no hay fecha para la ceremonia que incluirá también la entrega de la bandera de Proeza Laboral en el orden colectivo. Lo importante de este montaje es la repetición casi mecánica de una pauta totalmente desconectada de una realidad que exhibe decadencia por todos lados. Detrás de esta liturgia seudo-revolucionaria se esconden interrogantes que, como siempre, tendrán el silencio por respuesta.

Nunca se conocerán los detalles del manejo de los donativos, porque no existe un organismo independiente que fiscalice la gestión. Los desvíos y apropiaciones indebidas son una constante en un país gobernado por una burocracia que se escuda en militancias y fidelidades ideológicas para perpetrar el latrocinio s sus anchas.

En cuanto a las reparaciones, es previsible que poco puedan hacer en una infraestructura colapsada y sin recursos. El pasado 22 de noviembre, vecinos de Guairajal —localidad de Mayarí, en Holguín— salieron a protestar tras casi un mes sin electricidad. Se desconoce si ya les restituyeron el servicio. Aunque, en realidad, no sería noticioso en un país donde los apagones pueden extenderse durante 10 o 20 horas a causa de la falta de combustible y el deterioro de las estaciones generadoras.

Quedaría por saber si hay cables disponibles o piezas para reparar algún transformador averiado. ¿Y si se los robaron?