El donativo forma parte de la victimización oficial, buscando aparentes gestos de solidaridad ante desgracias derivadas de pésima gestión gubernamental.
La Habana (Sindical Press) – Quizás ya estén en Cuba los casi 300 000 millones de dongs recaudados por la Cruz Roja de Vietnam en apenas cuatro días. Muy pocos sabrán los detalles sobre el destino final de ese monto —que supera los 11 millones de dólares— más allá del estrecho círculo de funcionarios encargados de repartirlo a conveniencia y adjudicarse parte del pastel. Un proceder típico en un sistema donde la fiscalización pública de los recursos, sin importar su origen, es un tabú inamovible.
El donativo se inscribe en un proceso rutinario, sustentado en la victimización permanente, con el objetivo de arrancar gestos “espontáneos” de solidaridad hacia un pueblo cuyas desgracias existenciales provienen, en primer lugar, de la pésima gestión gubernamental.
El embargo estadounidense funciona como hoja de parra para ocultar la disfuncionalidad de un modelo económico que reproduce la miseria con sorprendente eficacia.
Vivir con la mano extendida al mundo, en vez de impulsar las transformaciones internas que demandan las circunstancias, refleja la actitud ventajista del gobierno cubano desde el mandato de Fidel Castro, pasando por el de su hermano Raúl, hasta llegar al presidente-marioneta Miguel Díaz-Canel.
Si algo no ha faltado en el largo historial de la revolución han sido las ayudas solidarias. Los subsidios de la URSS fueron los más constantes y voluminosos: nada menos que 4 mil millones de dólares anuales durante casi tres décadas. A esta lista habría que añadir las contribuciones de China, Venezuela, Japón, México, Jamaica, la Unión Europea y las Naciones Unidas que, aunque mayoritariamente modestas en comparación con las soviéticas, han servido tanto para aplacar urgencias en sectores de la población como para engordar la corrupción y garantizar el bienestar de la élite, especialmente del alto mando militar.
Resulta paradójico que el presunto culpable de todos los males que sufre la Isla —Estados Unidos— sea, al mismo tiempo, uno de los principales proveedores de alimentos y productos agrícolas. Según el portal Observatorio de Complejidad Económica, solo en junio de 2025 Estados Unidos exportó a Cuba 68,7 millones de dólares en bienes, un aumento del 35,6 % respecto al mismo mes del año anterior.
Pese a estas contradicciones, el régimen sigue celebrando cada donación recibida, como lo hizo Rogelio Polanco, embajador en Vietnam, al agradecer el dinero recolectado.
Ese tipo de pronunciamientos no hace más que ratificar la continuidad de una estrategia en la que la mendicidad se entrelaza con el parasitismo: una mezcla que ha conducido al empobrecimiento generalizado de los ciudadanos de a pie y que probablemente ocasione el colapso de un sistema que nunca ha funcionado.