jueves , 4 diciembre 2025

Trabajo forzado: Cuba viola los convenios de la OIT

Cuba viola convenios de la OIT: misiones médicas implican trabajo forzoso, retención salarial, ausencia sindical y violaciones sistemáticas laborales.

La Habana (Sindical Press) – La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo fundado en 1919 como parte del Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial, tiene como misión promover los derechos laborales, fomentar oportunidades de empleo decente, garantizar la protección social y fortalecer el diálogo social en torno a cuestiones laborales.

Sus principios fundamentales se centran en la libertad de asociación y sindical, el reconocimiento del derecho a la negociación colectiva, la eliminación de toda forma de trabajo forzoso u obligatorio, la abolición efectiva del trabajo infantil y la erradicación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.

Cuba, bajo un régimen totalitario, viola de manera flagrante todos los acuerdos de la OIT destinados a proteger a los trabajadores. Entre ellos, incumple convenios internacionales que ha ratificado, como el Convenio 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, el Convenio 98 sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, el Convenio 29 sobre el trabajo forzoso, el Convenio 105 sobre la abolición del trabajo forzoso, así como el Convenio 95 sobre la protección del salario, que establece que los trabajadores deben recibir directamente y en forma íntegra la remuneración que les corresponde.

El caso más evidente es el de los médicos enviados en misiones internacionales, donde cada uno de los principios fundamentales de la organización es vulnerado.

La doctora Nidia Acosta, quien reside actualmente en Brasil tras abandonar una misión médica, asegura que el trabajo era “semi esclavo” y forzado. Fue enviada a zonas rurales aisladas y de alto riesgo, expuestas a inundaciones y deslizamientos de tierra, sin garantías mínimas de seguridad. Más tarde descubrió que solo recibía el 30 % del salario que el gobierno brasileño pagaba a Cuba por su labor, y que incluso esa fracción se convertía en un tortuoso proceso de cobro.

En un artículo de CubaNet publicado en julio de 2025 se documentó que, en la región italiana de Calabria, los médicos cubanos reciben un salario bruto cercano a los 4.700 euros, pero deben transferir más de la mitad a la empresa estatal CSMC, quedándose apenas con una fracción de lo que legalmente les corresponde. De igual forma, en el Caribe se han reportado prácticas similares: médicos destacados en Jamaica reciben solo una parte de sus ingresos, bajo amenazas que constituyen una forma de extorsión moderna.

A estas denuncias se suma la reciente intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que solicitó a los países miembros de la OEA información sobre los contratos de cooperación con Cuba y sobre las condiciones laborales y sindicales de los profesionales de la salud enviados al extranjero.

Incluso el gobierno de Estados Unidos ha reaccionado: en febrero, el secretario de Estado Marco Rubio amplió las restricciones de visa hacia funcionarios cubanos y extranjeros vinculados a las misiones médicas, por considerarlas parte de un esquema de “trabajo forzoso”. En marzo, durante su visita a Jamaica, denunció públicamente las condiciones de ese programa —lo cual fue rechazado por las autoridades locales— y en junio impuso sanciones similares a funcionarios centroamericanos. Finalmente, en agosto, extendió las medidas a funcionarios brasileños relacionados con el programa Mais Médicos.

Pese a estas denuncias y presiones internacionales, en 2025 La Habana firmó nuevos acuerdos de cooperación con países de la región, lo que derivó en un aumento del número de brigadas médicas enviadas al exterior.

Los convenios, protocolos y recomendaciones de la OIT constituyen instrumentos jurídicos que establecen de forma clara los derechos fundamentales en el ámbito laboral, así como las responsabilidades de los Estados miembros. En el caso de Cuba, la violación sistemática de estos compromisos se repite año tras año.

“El reglamento del médico internacionalista es la mayor evidencia del maltrato en las misiones; es un documento fascista, que reprime desde la primera oración hasta el punto final”, denunció el doctor Arce, médico diurno del policlínico 28 de Enero en Romerillo, municipio Playa.

La OIT ha condenado en múltiples ocasiones a Cuba por incumplir convenios que ella misma ha ratificado, pero el régimen hace oídos sordos y mantiene su política de exportación de servicios médicos, que constituye una de sus principales fuentes de ingresos en divisas.

La Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC), organización de la sociedad civil contestataria que lucha por la defensa de los derechos laborales, también ha denunciado estas prácticas, exigiendo al gobierno el cese de la represión contra los profesionales de la salud y el respeto a los convenios internacionales que Cuba se comprometió a cumplir.