viernes , 5 diciembre 2025

Julio Andrés: Ni azúcar ni país.

Aleaga Pesant Report denuncia el colapso de la industria azucarera en Cuba, con una zafra que no supera las 150.000 toneladas, apenas producida por 15 ingenios, menos del 10 % de los existentes en la República. El análisis critica la gestión de Julio Andrés García Pérez, presidente de Azcuba, y la falta de defensa de los trabajadores por parte del sindicato oficialista. Se subraya que el problema no es solo industrial sino agrícola, debido a la ausencia de caña y de propiedad de los colonos, y se expone cómo la corrupción y el secretismo gubernamental llevan a la desaparición de un sector que en décadas pasadas llegó a producir más de 8 millones de toneladas.

Ya se manejan las primeras cifras de lo que puede llamarse “el hundimiento del titán azucarero cubano”. Se hunde la industria azucarera. Y aunque el gobierno no quiere dar cifras —ya saben que el secretismo es gracioso en la lealtad comunista— lo cierto es que no llega a 150.000 toneladas. Esos son los pronósticos de la zafra azucarera.

Pronto, en dos o tres días, estaré haciendo un trabajo no solo sobre la tragedia de la industria azucarera, sino también sobre otra tragedia industrial en Cuba: la industria litográfica, es decir, las imprentas. ¿Qué está pasando con ellas?

Hola, esto es Aleaga Pesant Report desde La Habana, Cuba, un compendio de la política, la sociedad y la cultura cubana, en colaboración con Cuba Sindical. Hoy abordaré mal y rápido: Julio Andrés, la cara de la debacle del azúcar en Cuba.

Pero, como dice Petronio, el árbitro del buen gusto, la prisa no es elegancia. El Doctor Zhivago, este libro de Borís Pasternak, es la oportunidad de acercarse a la buena literatura rusa. Pasternak también escribió la novela Un día en la vida de Iván Denísovich. Fue propuesto al Premio Nobel, pero no pudo ir a recogerlo porque los comunistas —que aman el secretismo y la clausura— le advirtieron que la pasaría mal si viajaba a Oslo. Doctor Zhivago, una oportunidad de excelente lectura.

Pero volviendo al tema de marras: la industria azucarera. En marzo de 2024 estuve en el antiguo ingenio Francisco, rebautizado por los comunistas como “Amancio Rodríguez”, en el batey donde reina la miseria, el hambre y los zombies que vi. Allí no había carne, ni leche, ni aves, ni res, ni cerdo, ni pescado. No había nada en la que fue, aun en los años 60, una comunidad próspera. Hoy ya no hay prosperidad en ningún lugar, y eso se refleja en la industria azucarera.

¿Quién es Julio Andrés García Pérez? Es el presidente de Azcuba, la empresa encargada de producir azúcar, alcoholes y de que las fábricas funcionen. En la última zafra 2024-2025 solo trabajaron 15 ingenios azucareros, apenas cinco fábricas de azúcar, es decir, menos del 10 % de las que existían en la época republicana. Con esos truenos, ¿quién duerme?

Lo fundamental es que no puede haber azúcar sin caña. Mientras la tierra no vuelva a ser propiedad de los colonos que la sembraban, no habrá azúcar. No se trata solo de producción industrial, la batalla decisiva está en la agricultura, en la siembra, en la producción de caña.

¿Y en qué situación estamos? Pienso en Ismael Rousseau Meflín, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros. ¿Cuál es su papel, aparte de humillarse ante el Partido Comunista? Lo digo claramente: humillarse. No defiende a los trabajadores. No los representa. ¿Cuántas fábricas más deben cerrar antes de que se clausure por completo la industria azucarera en Cuba? Porque ya está al borde del cierre definitivo.

Un país que en los años 50 produjo más de 7 millones de toneladas, que en 1970 alcanzó 8 millones y a principios de los 90 otros 8 millones, ahora no llega ni a 150.000. Y repito: son estimaciones, porque el gobierno no da cifras. Se trata de cálculos hechos por especialistas en función de lo poco que se ha podido obtener de la producción de los 15 centrales que aún operan. Azcuba no ofrece información. Cuando los medios independientes intentan preguntar qué pasó con la industria azucarera, siempre responden lo mismo: que no hay electricidad, que falta combustible, que no hay abono para la tierra, que no hay tractores para sacar la caña.

¿Y entonces qué hace el gobierno? ¿Qué hace Azcuba? ¿Qué hace Julio Andrés García Pérez como presidente? ¿Por qué no renuncia? Estoy convencido de que tiene una buena casa, un buen auto y que recibe una canasta de comida en su hogar. La corrupción acaba con este país y también con su cultura azucarera.

Si antes se decía que sin azúcar no hay país, hoy es evidente que no tenemos ni país ni azúcar.

Les recuerdo: esto es Aleaga Pesant Report desde La Habana, Cuba, en colaboración con Cuba Sindical. Y si los informativos dan noticia, nosotros la ponemos en contexto. (Ed. CS)