jueves , 4 diciembre 2025
El liniero Cleivi Pujada Castro trabajaba en la Subestación Playa Baracoa, del municipio Bauta, en Artemisa.

Muere en un accidente laboral un trabajador del sector eléctrico cubano, segundo del mes

La muerte de Pujada Castro ocurrió 15 días después de que el operador de turbina Carlos Rafael López Ibarra falleciera.

Artemisa (DDC) – El liniero Cleivi Pujada Castro se convirtió este fin de semana en el segundo trabajador del sistema eléctrico de Cuba fallecido debido a un accidente laboral durante el mes de septiembre, según una publicación en Facebook de la usuaria Irma Broek que quedó confirmada por otros posts en la misma red social.

Pujada Castro trabajaba en la Subestación Playa Baracoa, del municipio Bauta, en Artemisa. Perdió la vida en un accidente “mientras realizaba labores en una línea de 7.8 kV del circuito 13.2 kV”, escribió Broek.

Según la usuaria, los compañeros y amigos del liniero están profundamente consternados y hacen un llamado urgente a la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba y “denuncian que los trabajadores enfrentan constantes riesgos en su labor debido a la falta de medidas de protección adecuadas”.

El deceso de Pujada Castro, que no ha sido reportado por la UNE hasta el momento de redactar esta nota, también fue dado a conocer por el usuario Liván Pujada, quien parece ser un familiar del fallecido y no precisó la causa de la muerte.

Precisó, sin embargo, que al fallecido le sobreviven su esposa y dos niños, e informó que está recaudando fondos para hacerlos llegar directamente a la viuda.

Otro usuario de Facebook llamado Jorge Pujada Meléndez, quien también parece estar emparentado con el trabajador muerto, escribió: “La vida fue injusta contigo y la muerte te sorprendió en las alturas. Vivirás en nuestros corazones para siempre porque supiste ganarte el amor, el cariño y el respeto de toda la familia”.

La muerte de Pujada Castro ocurrió apenas 15 días después de que el operador de turbina Carlos Rafael López Ibarra, de 33 años, falleciera en Santiago de Cuba, tras pasar más de una semana en estado crítico, debido al accidente ocurrido el pasado 31 de agosto en la Central Termoeléctrica Antonio Maceo Grajales (Renté).

Según la versión oficial, ese accidente “se produjo cuando una tubería de vapor presentó fallas durante el arranque y sincronización de la unidad de generación No. 5”.

López Ibarra sufrió quemaduras en el 89% de su cuerpo y fue ingresado en el Hospital General Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso, donde permaneció “en estado crítico extremo con pronóstico reservado” hasta el momento de su deceso.

Como es habitual, las autoridades cubanas omitieron señalar que los trabajadores de las termoeléctricas laboran en condiciones inseguras, en instalaciones que han superado su vida útil y presentan un estado técnico muy precario.

De acuerdo con datos oficiales, en 2024 se registraron en Cuba 934 accidentes laborales, con un saldo de 52 fallecidos. Sin embargo, la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) asegura que la cifra real es mayor. Pese a ello, en más de una ocasión la UNE ha presentado, casi como si fueran actos heroicos, las condiciones de riesgo extremo en que las autoridades obligan a trabajar a sus obreros.

A nivel internacional, el Gobierno cubano continúa sin ratificar 15 convenios clave en materia de seguridad social y prevención de riesgos. Entre ellos se encuentran el Convenio sobre las prestaciones de invalidez, vejez y sobrevivientes (1967), el Convenio sobre el cáncer profesional (1974) y el Convenio sobre las prestaciones en caso de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales (1964). Tampoco ha ratificado otros acuerdos específicos destinados a garantizar entornos de trabajo seguros y saludables.

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