jueves , 4 diciembre 2025
Seguridad laboral: la gran mentira del oficialismo en Cuba

Seguridad laboral: la gran mentira del oficialismo en Cuba

Tras el revuelo mediático, continuará o se empeorará la crisis. Una pésima noticia para quienes el socialismo convirtió en esclavos.

Pittsburgh (Sindical Press) – La Jornada Nacional de Seguridad y Salud del Trabajo, iniciada el 1 de noviembre y con una duración prevista de 30 días, no ofrece motivos reales para pensar en una mejoría sustancial en las paupérrimas condiciones laborales que existen en la Isla.

Con una estructura industrial decadente y sin posibilidades de modernización capaces de revertir los bajos índices de productividad y crear entornos seguros y estimulantes para los trabajadores, la realidad se torna cada vez más sombría.

Aunque la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) haya registrado menos accidentes entre enero y junio respecto al mismo período del año anterior, habría que cuestionar la fiabilidad de esos datos oficiales y prestar atención a la proliferación de factores que desencadenan un sinnúmero de afectaciones físicas, psicológicas, y hasta la muerte.

Es un secreto a voces la escasez de equipos de protección, la obsolescencia del parque industrial, la sobrecarga de trabajo, la deficiente capacitación y la falta de mantenimiento.

Si dramática es la sistematización de estas carencias, más alarmante resulta su extensión por todo el país, mostrando el verdadero rostro de un sistema que se autodefine —paradójicamente— como “digno” representante del proletariado.

Como ejemplo del deterioro en este ámbito, valga recordar la muerte, el 19 de septiembre, del liniero Cleivi Pujada Castro, mientras realizaba reparaciones en Artemisa y la ocurrida, el 8 del mismo mes, del operador de turbina Carlos Rafael López Ibarra durante el arranque de la unidad 5 de la termoeléctrica “Antonio Maceo Grajales”, en Santiago de Cuba.

Entre los sectores donde la accidentalidad alcanza mayores niveles, figuran la Construcción, la Salud Pública y Asistencia Social, la industria Manufacturera y la Agricultura.

Frente a esta sucesión de hechos lamentables, la afirmación del jefe del Departamento Nacional de Seguridad y Salud del Trabajo, Ángel San Martín Dupoté, en el acto inaugural del evento, exhibe el cinismo que caracteriza a los funcionarios: “Nada hay más importante en el proceso laboral que la preservación de la vida de los trabajadores”, declaró el dirigente, según el diario Trabajadores.

Para redondear la ridiculez, la jornada nacional adoptó el lema propuesto por la OIT: “Revolucionar la Seguridad y Salud del Trabajo: el papel de la inteligencia artificial y la digitalización”. Un mensaje asumido por mera conveniencia, que no refleja las verdaderas intenciones de una élite corrupta y sin compromisos reales con el pueblo trabajador.

Este interminable ciclo de desidia y mezquindad ha tenido como antagonista al secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC), Iván Hernández Carrillo, quien ha denunciado de forma sostenida la vulnerabilidad de la clase obrera frente a las exigencias abusivas, los controles desmedidos y el total desamparo institucional.

Como él mismo ha insistido, las causas que originan estos hechos lamentables persisten sin que los responsables actúen de manera consecuente.

Por desgracia, no hay señales creíbles de que el patrón establecido desde hace décadas vaya a cambiar.

Tras el revuelo mediático, continuará la crisis —tal vez con mayor estridencia. Una pésima noticia para quienes el socialismo convirtió en esclavos.

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