Aleaga Pesant Report analiza cómo el régimen usa “columnas de humo” para desviar la atención de la crisis y centra el ataque en el periódico digital independente El Toque, acusándolo de provocar el alza del dólar. Señala que el medio es el único independiente accesible desde servidores cubanos, lo que revela manipulación oficial. Denuncia el regreso del “terror revolucionario” mediante la criminalización de quienes compran o venden dólares y advierte que el objetivo real es domesticar la percepción económica y reforzar el control político.
Levantando columnas de humo. El gobierno —como todos los gobiernos totalitarios, maestros en manejar los medios de comunicación— levanta ante cualquier crisis cortinas de humo sobre problemas que ni sabes qué son, de dónde vienen ni a qué vienen. Y hay que profundizar en esos temas.
Uno de los últimos ha sido el caso de Gil, el que fue todo un poderoso personaje del gobierno y que ahora está siendo juzgado y nadie sabe nada, como dice la canción: ahora es cuando nadie sabe nada. Entre esas columnas de humo que se levantan, la solidaridad… bueno, ahora el último: el último es El Toque.
Hola, esto es Aleaga Pesant Report desde La Habana, Cuba, un compendio de la política, la sociedad y la cultura cubana. Hoy, 17 de noviembre, Día de los Estudiantes, abordaré junto con Cuba Sindical un solo tema: El Toque y el regreso del terror revolucionario.
Pero como dice Petronio, el árbitro del buen gusto, la prisa no es elegancia. Maleconazo: mientras la dama duerme, la oportunidad de enfrentarte a tus demonios. Publicado por Ilíada Ediciones y usted lo puede encontrar en Amazon. Una novela histórica de los duros años 90.
Pero volviendo al tema de marras, aquí tenemos El Toque y el regreso del terror revolucionario.
En Cuba, la realidad es un incendio permanente, así que el gobierno ha decidido fabricar humo nuevamente. Esta vez el objeto inflamable es El Toque, un medio independiente convertido en culpable oficial de todos los desvaríos económicos del país. Es un truco viejo: acusar al mensajero para no enfrentar el mensaje. Mientras arremeten contra periodistas, la isla se hunde entre basureros pestilentes, enfermedades evitables y muertos silenciados. Tras el paso del huracán Melisa, que dejó al descubierto la fragilidad estructural del país, la indignidad del régimen quedó tan desnuda que no tuvieron más remedio que cubrirla con propaganda.
Hay algo que convendría recordar al poder cubano —ese poder que se proclama revolucionario mientras repite los mismos errores de hace seis décadas: si el Banco Central de Cuba, estableciera una tasa de cambio libre, transparente y racional, desaparecería de golpe la supuesta “amenaza” que El Toque representa. Pero claro, para eso haría falta un gobierno dispuesto a gobernar la economía, no a perseguirla.
Más inquietante aún es la anomalía tecnológica: El Toque es, curiosamente, el único medio independiente que puede leerse sin obstáculos desde los servidores cubanos. Ni Cuba Sindical ni Diario de las Américas tienen ese privilegio. Y ya sabemos que en regímenes así los privilegios no brotan del aire: se conceden o se permiten cuando conviene al relato oficial. En este caso, el objetivo es tan tosco como transparente: manipular la percepción del precio del dólar para debilitar el mercado libre de divisas. No combatir la realidad, sino domesticar su reflejo.
Pero la operación va más allá de lo económico. El régimen ha decidido reinstalar, con deliberación y cinismo, su viejo mecanismo de control: el terror revolucionario. Hoy ya no persiguen “actividades informales”, sino “delitos”. Han cambiado una palabra, sí, pero con ella han cambiado la vida de cientos de cubanos detenidos por comprar o vender la única moneda que les permite sobrevivir. En Cuba, la semántica siempre ha sido un arma política, y ahora la utilizan para criminalizar la desesperación.
En resumen, el ataque a El Toque no es una medida económica ni una defensa del interés público. Es exactamente lo que parece: un intento de intimidar, disciplinar y domesticar. La enésima maniobra de un poder que, incapaz de gestionar la realidad, prefiere reprimirla.
Les recuerdo, esto es Aleaga Pesant Report desde La Habana, Cuba. Y si los informativos dan noticia, nosotros la ponemos en contexto. (Ed. CS)