La detención de Du Bin confirma la creciente represión china contra periodistas independientes y se suma a otros casos recientes.
(Agencias) – El escritor y fotoperiodista independiente Du Bin permanece detenido desde el 15 de octubre de 2025, luego de que las autoridades irrumpieran en su vivienda en Pekín y lo trasladaran al centro de detención de Shunyi, informó el Committee to Protect Journalists (CPJ). Su familia confirmó que el arresto ocurrió un día antes de que viajara a Japón, sin que se emitieran documentos oficiales, una práctica habitual en casos de represión contra periodistas.
Las autoridades lo acusan de “provocar peleas y causar problemas”, un cargo ambiguo empleado frecuentemente en China para silenciar a comunicadores, activistas y defensores de derechos humanos, según la International Federation of Journalists (IFJ).
Du Bin, de 53 años, trabajó en medios estatales como Beijing Youth Daily y posteriormente como fotógrafo para The New York Times en Pekín. Su carrera se caracteriza por investigaciones sobre abusos de derechos humanos, censura estatal y episodios sensibles de la historia reciente, incluida la represión en Tiananmén. Su nueva detención se suma a una década marcada por vigilancia, censura y presiones oficiales.
Masanjia: el campo de trabajo que marcó la trayectoria de Du Bin
El enfrentamiento de Du Bin con el Estado chino se intensificó en 2013, cuando fue detenido tras difundir el documental Women Above Ghosts’ Heads, que revelaba abusos en el campo de reeducación por el trabajo de Masanjia, en la provincia de Liaoning. Según Amnesty International, este centro fue durante años uno de los espacios más temidos del sistema laojiao, que permitía encarcelar personas sin juicio mediante detenciones administrativas prolongadas.
El documental recogía testimonios de mujeres sometidas a torturas, trabajos forzados, posiciones de estrés y privación de sueño. Entre ellas había practicantes de Falun Gong, movimiento espiritual prohibido por el gobierno a finales de los noventa y objeto de una campaña nacional de persecución. Du Bin mostró cómo guardias y autoridades empleaban la reeducación ideológica para obligarlas a renunciar a sus creencias.
La reacción oficial fue inmediata. Su detención fue interpretada por Amnesty International como una represalia directa por exponer abusos cometidos dentro de instituciones cerradas como Masanjia. Desde entonces, el periodista ha vivido bajo vigilancia constante, que culmina con su arresto de 2025.
Reacciones internacionales y señales de alarma
Reporters Without Borders (RSF) condenó la detención de Du Bin y exigió su liberación inmediata, advirtiendo que podría enfrentar hasta cinco años de prisión bajo cargos utilizados de manera sistemática para silenciar voces críticas. RSF señaló además que las autoridades se niegan a entregar información formal a la familia, lo que refuerza la opacidad judicial.
Freedom House y CPJ coinciden en que desde 2012 China ha endurecido su control sobre los medios mediante acusaciones vagas que permiten detener periodistas sin procesos transparentes. La combinación de detenciones arbitrarias, censura y presiones judiciales constituye una estrategia estructural para restringir la libertad de prensa.
Represión reciente contra reporteros
Dong Yuyu: Condenado en noviembre de 2024 a siete años de prisión por presunto espionaje en un proceso sin transparencia. En noviembre de 2025, el tribunal superior confirmó la sentencia. Su caso es señalado como ejemplo de la criminalización del periodismo bajo pretextos de seguridad nacional.
Zhang Zhan: Reconocida por documentar los inicios de la pandemia en Wuhan, fue sentenciada en 2020 a cuatro años por “provocar peleas y crear problemas”. Tras su liberación en mayo de 2024, volvió a ser arrestada tres meses después. En septiembre de 2025 recibió otra condena de cuatro años, según Amnesty International. RSF considera que su persecución busca impedir la cobertura independiente de temas sensibles.
Huang Xueqin: También conocida como Sophia Huang es una periodista independiente y activista de derechos de mujeres —en 2024 fue sentenciada a cinco años por “subversión del Estado”, tras ser acusada por sus investigaciones y denuncias críticas con el régimen.
Un deterioro acelerado de la libertad de prensa
Según CPJ, al cierre de 2024 había 361 periodistas encarcelados en el mundo, una cifra cercana al récord histórico, y China se mantiene entre los países con más reporteros presos. En la edición 2025 del Índice Mundial de Libertad de Prensa, RSF ubicó a China en el puesto 178 de 180, uno de los entornos más hostiles para el ejercicio periodístico.
Los casos de Du Bin, Dong Yuyu y Zhang Zhan reflejan una estrategia estatal destinada a controlar el flujo informativo y silenciar voces que documentan abusos, corrupción o negligencias oficiales. El uso de cargos vagos —“espionaje”, “subversión”, “provocar peleas / causar problemas” —, la ausencia de procesos judiciales transparentes y la persecución prolongada son herramientas diseñadas para desalentar cualquier intento de informar de manera independiente.
Organizaciones de derechos humanos sostienen que esta tendencia refuerza la necesidad de mantener la vigilancia internacional y apoyar a quienes, pese al riesgo, continúan documentando la realidad dentro de China.