jueves , 10 octubre 2024

El Banco de Inglaterra, en huelga por primera vez en su historia

Las reclamaciones se basan en la imposición de una subida de sueldo inferior a la marcada por la inflación

Los trabajadores del Banco de Inglaterra han convocado la primera huelga en la historia de la institución después de que las conversaciones de última hora entre el sindicato y la patronal no hayan fructificado.

El personal de mantenimiento, seguridad y recepción han sido llamados a realizar un cese en su actividad laboral que en un principio iba a comenzar ayer mismo. Después de que se llevase a cabo una reunión de última hora para intentar abordar el problema, el fracaso de las negociaciones ha conducido a que hoy, martes, esté convocada la primera concentración a las puertas de la sede en Londres.

Las reclamaciones del sindicato se basan en la imposición de una subida de sueldo inferior a la marcada por la inflación, lo que se traduce en una bajada de remuneración por la pérdida de poder adquisitivo, y por ella culpan al gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, cuyo rostro estará presente en forma de caretas en la manifestación de hoy.

Esta huelga, que ha sido apoyada por el 95% de los miembros del sindicato, será la primera huelga de trabajadores que se produce en la sede de la institución en sus cincuenta años de historia. A pesar de ello, el Banco de Inglaterra ya se ha apresurado a través de un comunicado a asegurar que el impacto en sus actividades será mínimo: «El sindicato representa aproximadamente un 2% de nuestros empleados. Si la huelga sigue en pie el banco tiene planes para garantizar que todas sus instalaciones continuarán con sus actividades con normalidad. Seguiremos negociando con ellos y esperamos que haya una respuesta positiva».

En cambio los sindicalistas no tienen tan claro que el banco pueda seguir operando sin su aportación ya que consideran que a pesar de ser sólo un 2% de los 4.000 trabajadores de la institución el Banco de Inglaterra será «efectivamente inoperable» sin ellos. Además, ya se han apresurado a calificar la propuesta que han recibido como «irrisoria»: «El personal está muy enfadado con que el banco haya impuesto una subida de sueldo menor a la que marca la inflación por segundo año consecutivo. En un gesto de buena voluntad hemos pospuesto la huelga un día para las conversaciones de última hora».

A la salida de dicha reunión, uno de los representantes del sindicato, Peter Kavanagh, confirmó el fracaso: «El gobernador del Banco de Inglaterra debe asumir la responsabilidad de que su comprometida fuerza de trabajo tenga que expresar sus preocupaciones desde un piquete. Nuestros miembros se han quedado sin otra opción más que emprender acciones industriales porque están teniendo que afrontar otro año con recortes en sus pagos».