Seis millones de empleos corren riesgo solo por aranceles si los gravámenes se mantienen en niveles actuales, dice un economista.
(Luna Sun / SCMP) — Los esfuerzos de China por mantener su tasa de desempleo urbano en torno al 5,5 % enfrentan crecientes vientos en contra por presiones externas e internas, ya que los analistas advierten sobre las tensiones derivadas de la guerra comercial con EE. UU., la débil demanda global y la letargia del sector inmobiliario.
El número de empleos que podrían perderse como consecuencia directa de los aranceles estadounidenses, si los gravámenes permanecen en los niveles actuales, se acerca a seis millones —alrededor del 1,3 % de la fuerza laboral urbana de China—, afirmó Julian Evans‑Pritchard, director de economía china en Capital Economics, en un informe publicado el miércoles.
Las pérdidas netas de cuatro millones de empleos urbanos podrían elevar la tasa de desempleo urbano de China por encima del 6 %, desde el 5,2 % registrado en marzo, añadió.
Mientras China lidia con un crecimiento económico lento, el desempleo ha sido un problema persistente para los responsables de la política, que trabajan para estabilizar la economía y restaurar la confianza pública.
“El impacto de los aranceles de EE. UU. casi con toda seguridad ha descarrilado la incipiente recuperación que comenzó a experimentar el mercado laboral chino antes del ‘Día de la Liberación’”, dijo Evans‑Pritchard, refiriéndose al anuncio de Donald Trump sobre aranceles generalizados el 2 de abril.
“Probablemente los responsables de la política chinos encontrarán formas de mantener la tasa de desempleo publicada cerca de su objetivo para este año, pero esto podría enmascarar una debilidad más amplia en el mercado laboral, ya que la caída de las exportaciones reduce las nuevas contrataciones, aumenta el subempleo y pesa sobre el crecimiento salarial.”
En marzo, el desempleo juvenil en China, excluyendo a los estudiantes matriculados, descendió hasta el 16,5 % tras dos meses consecutivos al alza. Sin embargo, un récord de 12,22 millones de graduados este año y la fragilidad de la economía global podrían agravar un mercado laboral ya lastrado por industrias en dificultades, incluido un debilitado sector inmobiliario donde los despidos se están acumulando.
El crecimiento de los ingresos podría desacelerarse más de un punto porcentual este año, socavando los esfuerzos oficiales para impulsar el consumo, mientras que la ola de automatización que recorre el sector manufacturero de China también ampliará el desempleo, añadió Evans‑Pritchard.
El año pasado, la tasa de desempleo urbano encuestada en China se situó en el 5,1 %, y estableció la meta de este año en “alrededor del 5,5 %”, al tiempo que reconocía que ciertos grupos siguen bajo una enorme presión en el mercado laboral.
Peng Peng, presidente ejecutivo de la Guangdong Society of Reform, un grupo de expertos vinculado al gobierno provincial, dijo que los despidos masivos aún no se han materializado, en parte gracias a que los exportadores adelantaron envíos antes de los fuertes gravámenes de EE. UU. y a las medidas de política nacional.
“En las primeras etapas de la guerra comercial, muchas empresas se apresuraron a despachar pedidos antes de lo previsto, lo que en realidad impulsó la demanda de mano de obra. Mientras tanto, la información de centros comerciales como la Feria de Cantón y Yiwu sugiere que aún existen mercados alternativos.”
El efecto de los aranceles de EE. UU. se ha contenido parcialmente desviando exportaciones al mercado interno, explicó Peng. Más importante aún, “permanece la posibilidad de una flexibilización negociada entre China y EE. UU., por lo que el impacto completo podría no quedar claro hasta la segunda mitad del año.”
Pero las empresas ya estaban luchando antes de la guerra comercial, advirtió, y el entorno de empleo no ha sido muy alentador, en gran medida debido a la lenta recuperación económica de China y a la aplicación cada vez mayor de la digitalización y la IA. (Trd. CS)