Aleaga Pesant Report visitó a Juan González Febles, veterano periodista independiente cubano y fundador de Primavera Digital, el primer diario opositor digital con distribución impresa en la isla. Febles, hoy afectado por Alzheimer, fue homenajeado por su legado junto a su esposa y colaboradora Ana Torricela. El video destaca la memoria emocional y profesional de ambos, el impacto del síndrome del cuidador que vive Ana, y el respaldo solidario que reciben de la sociedad civil y organizaciones como el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
Aleaga Pesant Report visitó esta semana a Juan González Febles. Juan González Febles, que con 75 años lleva en su historial de vida haber servido como pocos a la patria a través del periodismo independiente. Febles, director durante toda su existencia de Primavera Digital, el primer diario digital de la oposición cubana, que además tuvo tiradas impresas dentro del país hace aproximadamente seis o siete años, padece de un Alzheimer que no le permite seguir trabajando.
Febles, que llevó toda la responsabilidad del periodismo, su conocimiento, su amplio conocimiento de la vida y de la comunicación, era graduado en Información Científica, o sea, Bibliotecología. Recibió compasión a la nación. Le voy a presentar entonces este material donde vemos a Juan González Febles con su esposa Ana Torricela en el barrio donde viven en La Habana.
Aleaga: Johnny, ¿y te acuerdas de Primavera?
Febles: ¿De la del periódico Primavera?
Aleaga: ¿Qué te recuerdas?
Febles: Es un buen periódico que logramos hacerlo a pesar del gobierno, gracias al apoyo de la gente.
Aleaga: ¿A quién tú recuerdas de Primavera, que trabajaron contigo?
Febles: Mira, Ana.
Aleaga: ¿Y quién más?
Febles: Muchos, muchos.
Aleaga: ¿Tienes otro nombre?
Febles: Aleaga.
Aleaga: Hace tiempo no vienes por aquí, ¿eh? Julio Aleaga Pesant.
Febles: Julio Aleaga Pesant. Hace tiempo que no viene por aquí.
Ana: Primavera fue nuestra vida privada, principalmente porque en realidad lo único que yo hice con Johnny fue Primavera, más nada. No te puedo hablar de una playa, ni de un paseo, ni nada más. Era Primavera, este número, apurarnos para hacerlo y empezar a preparar el próximo, recibir a las personas que venían, los trabajos, revisar… En fin, Primavera fue la cosa continua que tuvimos y fue todo nuestro tiempo juntos.
Y bueno, en estos momentos, lamentablemente ya se fue. Pero lo agradezco. Fue una gran oportunidad porque aprendí cosas que pueden parecer poco importantes, pero para mí lo fueron todo. Además tuve el privilegio de conocer a muchas personas que disfruté, el privilegio de leer los trabajos de cada uno de ellos cada semana, lo cual me enriqueció muchísimo. Se los agradezco a todos, a todos los que participaron.
Y bueno, gracias a Dios, yo sí me recuerdo. Dios me conceda muchos años poder recordar a todos y cada uno de ellos: los que se mantienen en contacto, que son pocos, y los otros que incluso ya no están con nosotros, pero se recuerdan con cariño, como Fabio y otros tantos.
Aleaga: ¿Te acuerdas de Víctor Manuel Domínguez?
Febles: Sí.
Aleaga: ¿Y qué hacía Víctor?
Febles: Lo que uno le pedía, ¿no?
Aleaga: ¿No te acuerdas de Nefasto, el personaje cómico de Víctor?
Febles: Sí, los Nefastos.
Febles: Me despido. Pásenla mejor que bien.
Ana: Me despido también. Muchas gracias.
Aleaga: Se despiden juntos. Es un placer poder saludarte.
Como ven, Juan González Febles, como le decimos la mayoría, se mantiene —en la medida de su enfermedad— con bastante lucidez y mucha energía. Y eso es gracias, fundamentalmente, al trabajo de su esposa Ana Torricela, que también fue editora de diseño dentro de Primavera Digital.
Ana, por supuesto, con sus 64 para 65 años, tampoco puede servir al trabajo porque tiene que cuidar. Y eso nos remite directamente al síndrome del cuidador de enfermos: uno no puede hacer otra cosa que no sea cuidar a su esposo de muchos años.
Sin embargo, Ana tiene no solamente el apoyo de sus vecinos de la oposición democrática, sino también de un proyecto, de un fondo de ayuda a los periodistas que trata de asistir a aquellos que, por edad o enfermedad, ya no pueden seguir trabajando. También cuenta con el apoyo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, que los respalda para sobrevivir en estas circunstancias.
Como nos gusta decir en la sociedad civil: no dejamos a nadie atrás y apoyamos a nuestros hermanos, ahora ya en su vejez.
Les recuerdo: esto es Aleaga Pesant Report desde La Habana, Cuba. (Ed. CS)