Bajo el lema “Bloquons Tout”, trabajadores franceses protagonizan marchas, bloqueos y huelgas contra recortes, austeridad y pérdida de derechos laborales.
Agencias (CS) – Francia atraviesa una nueva ola de movilizaciones sociales detonadas por el rechazo a un paquete de reformas económicas impulsado por el gobierno. Bajo el lema “Bloquons Tout” (“Bloqueémoslo todo”), cientos de miles de personas participaron en protestas masivas esta semana, que incluyeron marchas, bloqueos, huelgas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. El movimiento expresa una amplia gama de demandas sociales, con el componente laboral ocupando un lugar destacado entre los reclamos.
La jornada del martes 10 de septiembre fue la más significativa hasta ahora. Según estimaciones sindicales citadas por Le Monde, más de 250.000 personas se movilizaron en más de 800 acciones coordinadas en todo el país. Las protestas se extendieron por ciudades como París, Lyon y Marsella, e incluyeron bloqueos de rutas, ocupaciones simbólicas de espacios públicos y huelgas parciales. El Ministerio del Interior desplegó 80.000 agentes y reportó más de 200 arrestos, de acuerdo con información de Reuters.
El detonante fue la presentación del proyecto de presupuesto para 2026 por parte del entonces primer ministro François Bayrou, que contempla un recorte de 44.000 millones de euros en gasto público. Entre las medidas más cuestionadas se encuentran la eliminación de un día festivo nacional, reducciones en los servicios sociales y posibles reformas que afectarían convenios colectivos y condiciones laborales en el sector público. Estas propuestas fueron descritas en la prensa como parte de un giro hacia la austeridad fiscal con fuerte impacto en los trabajadores.
Las dos principales centrales sindicales del país —la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT)— se sumaron a las críticas y convocaron una huelga general para el miércoles 18 de septiembre. Según The Local France, se espera la participación de trabajadores del transporte, salud, educación, correos y otras ramas clave.
Entre las demandas laborales, destacan el aumento del salario mínimo y la actualización de los salarios públicos según la inflación; la protección de los convenios colectivos ante posibles reformas que buscan flexibilizar el despido; la defensa de los días festivos como parte del equilibrio laboral y social; la mejora de las condiciones de trabajo en sectores esenciales como salud y educación —que arrastran déficits de personal y sobrecarga desde la pandemia—; y la oposición a cualquier forma de recorte que implique la pérdida de derechos adquiridos por los trabajadores. Estas exigencias han sido mencionadas como puntos centrales de los comunicados sindicales.
El clima político se tensó aún más tras el rechazo parlamentario al presupuesto y la posterior renuncia de Bayrou. El presidente Emmanuel Macron designó como nuevo primer ministro a Sébastien Lecornu, figura cercana al oficialismo, lo que generó escepticismo entre los manifestantes. Los sindicatos consideran que este relevo no implica un cambio real en las políticas que están motivando las protestas.
Según diversos medios internacionales, el movimiento surgió inicialmente en redes sociales entre grupos de derecha, pero ha sido progresivamente apropiado por sectores de izquierda y extrema izquierda. El descontento de los trabajadores frente a las reformas propuestas ha sido un motor clave en su expansión, y muchas de las consignas y acciones parten de sectores laborales organizados que ven amenazados sus derechos, condiciones de trabajo y servicios públicos esenciales.
Francia no vivía una movilización de esta magnitud desde las protestas contra la reforma de pensiones en 2023. La conjunción de medidas de austeridad, deterioro del poder adquisitivo y desgaste de los servicios públicos ha reactivado el malestar social, con los trabajadores nuevamente en primera línea. Las próximas semanas serán determinantes para conocer la respuesta del gobierno y la capacidad de los movimientos sociales para sostener la presión en las calles.