Aleaga Pesant Report rinde homenaje a Héctor Palacio Ruiz, opositor fallecido y ex prisionero político, recordando su papel clave en la lucha democrática liberal. Luego, critica el 13º Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños por su falta de soluciones reales a la crisis del campo cubano. El gobernante menciona causas como el cambio climático y la delincuencia rural, pero omite la responsabilidad estatal. Se denuncia la ausencia de incentivos reales, inversión y apertura de mercado para el campesinado, y se compara la situación actual con los años 70, afirmando que hoy el campesino está más empobrecido.
Ayer murió a los 75 años Héctor Palacio Ruiz, uno de los patriotas que más trabajó durante los años 90 y principios de los 2000. Un hombre no perfecto, algunas de sus decisiones fueron discutidas, pero sin lugar a dudas tuvo un compromiso férreo con la libertad y la democracia en Cuba. Participó en Solidaridad Democrática, en la Unión Liberal de la República de Cuba, organizaciones hoy extintas de la oposición liberal aperturista, donde tuvo la oportunidad de cooperar.
Tuvo dos prisiones políticas: una en los 90 y otra posterior. Fue miembro del Grupo de los 75. A él, a su familia, a sus amigos, y a todos nuestros hermanos de la oposición y del periodismo libre, les envío mis condolencias por su fallecimiento.
Hola, esto es Aleaga Pesant Report desde La Habana, Cuba. Un compendio de la política, la sociedad y la cultura cubana. Hoy abordaré mal y rápido un solo tema: ¿Qué pasó en el 13º Congreso Campesino de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP)?
Pero como dice Petronio, el árbitro del buen gusto: la prisa no es elegancia.
Maleconazo: Mientras la dama duerme es la oportunidad de enfrentarte a tus demonios: los duros años 90. En esta novela, por cierto, aparece nuestro hermano y compatriota fallecido, Héctor Palacio, y su papel en otro hito de la lucha por la libertad en Cuba. Disponible en Amazon. Adquiérala y apoye al periodismo libre.
¿Congreso campesino en armas? Bueno, imagínense ustedes, el 13 Congreso de la ANAP —y ojo, estoy citando el Juventud Rebelde de ayer, o sea, no estoy sacando información de ningún otro lugar que no sea la propia prensa oficial.
Ahí estaban todos los pesos pesados de la obesocracia criolla, dándole su apoyo a Félix Duarte Ortega, quien fue “elegido” —es decir, designado— como líder. Según Duarte, se inició un proceso de “fortalecimiento de la autonomía campesina” para enfrentar delitos, ilegalidades, corrupción, indisciplina… y, curiosamente, también el cultivo de marihuana. Esto refleja cómo se ha expandido el problema de las drogas, aunque comparado con el fentanilo, la marihuana parece una planta noble.
La parte más destacada del congreso fue, cómo no, la intervención del gobernante. Hay quien habla de que los gobernantes son manipuladores, pero en este caso uno se pregunta: ¿esto es cinismo o es ingenuidad? Bueno, vamos a estar claros, ingenuidad no es.
Y entonces uno dice: ¿cómo se pueden decir estas cosas y no avergonzarse?
Está hablando, por ejemplo, de la degradación de suelos —según él, agravada por el cambio climático y la escasez de fertilizantes y combustibles. El aumento de los robos, asaltos y delitos de sacrificio ilegal de ganado, que desalientan la producción agropecuaria. Los impagos crónicos por parte de empresas estatales, que comprometen seriamente los resultados de las cosechas y desmotivan a los productores. La necesidad de modernización con sistema de riego eficiente y la adopción de agroecología para sostener la seguridad alimentaria.
Yo recuerdo que en los años 70, cuando estuve internado en las escuelas llamadas Seiva, los niños éramos usados como mano de obra esclava. Allí había cortinas rompevientos, cítricos, vaquerías, producción de miel… ¿Eso era solo gracias al dinero soviético? ¿O también a un pensamiento para el desarrollo agrícola? ¿Dónde quedó?
Hoy dicen querer “atrapar a los jóvenes para la agricultura”. ¿Pero qué joven quiere trabajar en el campo en estas condiciones? No hay transporte, ni insumos, ni riego, ni combustible. Ya lo vimos en el reporte anterior: en Aguada de Pasajeros, en Chambas, en Amarillas.
Se habla mucho, pero nada. No hay apertura del mercado para los campesinos. No hay estímulos, incentivos. No hay créditos bancarios, no hay importación de masa vacuna ni de semillas. Existe una ley estadounidense, la Helms-Burton, que permite donaciones a los campesinos, pero el gobierno, en su soberbia, no las acepta —¿cuánto ayudaría esto para el desarrollo del país? No hay inversiones en el mercado agropecuario. No hay seguridad en el mercado agropecuario. Lo dicen en el congreso: no hay seguridad. Los robos en el campo.
¿Qué pasa, qué sucede?
Y a diferencia del primer congreso campesino, cuando se creó la ANAP, el campesino hoy es más pobre que en esa época.
Les recuerdo: esto es Aleaga Pesant Report desde La Habana, Cuba. (Ed. CS)